La historia de La Casa de Toño, ¿cómo nació el rey del pozole?

¿Sabías que la Casa de Toño inició como un puesto de guisados preparados sobre un simple anafre? Conoce la crónica de esta cadena.

la casa de tono

La historia de la Casa de Toño, una de las cadenas de comida más icónicas de la Localidad de México, revela cómo el triunfo emprendedor llega con el trabajo duro.

La Casa de Toño se encuentra dentro de los sitios de comidas de comida mexicana más populares, dado que a lo largo de las últimas dos décadas han deleitado los paladares de sus comensales con platillos típicos como pozole y quesadillas. Su sazón exclusiva se traduce en un desarrollo recurrente de sucursales, -ninguna de ellas franquicias-, todas las cuales son socorridas todos los días, introduciendo en horarios nocturnos.

El menú de la Casa de Toño es diverso, no obstante, resaltan sus pozoles, estando configuraciones para toda clase de usuarios. Hay desde el habitual pozole con carne de cerdo, hasta configuraciones con pollo o vegetarianas. Además da todo lo primordial para acompañar el pozole estilo guerrerense (tostadas, lechuga, aguacate, etcétera).

Más allá de esta iniciativa de cocina, la cadena transporta en el nombre a su principal creador y un trabajo de 40 años.

➡️ Tabla de contenido
  1. ¿Quién es Toño? La crónica de La Casa de Toño
  2. Expansión del reducido negocio familiar

¿Quién es Toño? La crónica de La Casa de Toño

Marco Antonio Campos “Toño” es un individuo real y concreta que vivía en el vecindario de Clavería en Azcapotzalco, Localidad de México. Cuando poseía 18 años en 1983 estudiaba derecho, pero necesitaba dinero para seguir sus estudios.

Como cientos de mexicanos antes que él, tomo la decisión de abrir un negocio en su casa y armado con un anafre en su cochera, puso un puesto de garnachas. Su especialidad eran las quesadillas que freía en el anafre.

La vivienda matriz del lugar de comidas era la vivienda familiar de los Campos, localizada en la calle de Floresta 77 en Clavería. Al principio sólo se vendían tacos de guisados y quesadillas preparados por Toño, su madre, su abuela y Aurora, una amiga de la familia.

De todos modos, Toño no pretendía tener un trabajo de oficina y la escuela no era para él. Tomo la decisión de enfocarse en su puesto y contrató a una señora y a su hijo para que le ayudaran. Ella hacía los guisados y el joven era ayudante general. Hoy siguen haciendo un trabajo en la cadena.

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Toño consiguió algunas mesas y sillas que colocó en su estacionamiento y añadió recetas de su madre al menú. Todas las mañanas iba a surtirse a La Merced a primera hora.

El chico y sencillo lugar de comidas primero se llamó “Las dos Poblanas”, no obstante, por tratarse de un vecino reconocido, la multitud del vecindario empezó a decir “Vamos a la vivienda de Toño”.

Campos ocasionalmente añadió un producto nuevo a su menú: el pozole. El triunfo del producto fue tal, que Toño pudo comprarles una vivienda a sus papás y volvió a diseñar la original para hacerla lugar de comidas al que rebautizó como la Casa de Toño.

Expansión del reducido negocio familiar

La Casa de Toño siguió sin darse abasto y las adaptaciones por el momento no fueron suficientes. Por esto, Antonio Campos tomo la decisión de abrir nuevos espacios que desahogaran las filas que se hacían para comer un pozole en la sucursal de Clavería.

El emprendedor notó que una sección considerable del triunfo de su negocio era el servicio ágil y amable de sus meseros. Según el Growth Institute, hasta hoy cada camarero pasa por una intensa y descriptiva capacitación para que logre atender con exactitud y eficacia. En promedio, lo verdaderamente que se tarda una orden en llegar a la mesa es 7 minutos.

Toño aprendió a ir delegando para enfocarse en el negocio en las diferentes superficies que necesitaba, pero la sucursal de Clavería todavía es el corazón de la compañía. Todas las noches un batallón de cocineros prepara los comestibles y los distribuye entre las otras sucursales a lo largo de la madrugada.

Imagen Casa de Tono via Instagram
Imagen: Casa de Toño vía Instagram

Actualmente La Casa de Toño tiene 54 sucursales en la Región Metropolitana del Valle de México y algunas de ellas están abiertas las 24 horas, los 365 días del año. Según Persat, la compañía que vende propaganda dentro de los locales, se abren 10 novedosas áreas al año.

Hoy, los pozoles de la Casa de Toño son reconocidos nacional e internacionalmente. Donde se abre una sucursal la historia se reitera y las filas vuelven a formarse para pedir una mesa o para llevar a cabo un pedido para llevar. Los espacios cambian, pero la sazón y la materialización de los sueños siguen en cada plato que se sirve.

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